"Tutti i miei pensier parlan d’amore (Todos mis pensamientos hablan de Amor)". Vita Nuova. Dante Alighieri.

martes, 15 de diciembre de 2009

Munilla debería renunciar a la diócesis de San Sebastián, por Juan Manuel vidal.


Creo que es reduccionista creer que el problema con Munilla en el país Vasco es una cuestión de nacionalismo vasco o español, algo de esto hay, pero también es una nueva manifestación de la resistencia de un sector de al Iglesia, fiel al Vaticano II contra la política antivaticano II que sectores importantes de la jerarquía eclesial están intentando imponer. Una Iglesia dogmática y cerrada, que mira con añoranza otros tiempos en que la iglesia tenía el control sobre la sociedad, frente a otra iglesia que quiere vivir el evangelio de manera abierta, dialogante y democrática. el fracaso del proyecto restauracionista es seguro pero en el camino se están comentiendo tantos errores que costará mucho devolver la credibilidad a la institución eclesial.


Aquí os dejo este artículo de José Manuel Vidal, acerca de esta situación.


Por Juan manuel Vidal

Tomado de http://blogs.periodistadigital.com/religion.php/2009/12/15/p258314#more258314


"No hay obispo sin curas". La desafección del presbiterio de Guipúzcoa hacia su obispo designado, monseñor Munilla, es de tal calibre, tan amplia y tan de fondo que el todavía obispo de Palencia debería renunciar a tomar posesión de San Sebastián. O el Vaticano debería tomar cartas de inmediato en el asunto y, ante el clamor presbiteral, dejar sin efecto su nombramiento.
Sería lo mejor. Primero para el propio Munilla que sabe que llega a una diócesis donde no se le quiere. Ni se le va a querer. Las diferencias son insuperables y los clichés están muy marcados por ambas partes. ¿Qué va a hacer Munilla ahora que públicamente se le ha rebelado el 77% de sus curas? ¿Apoyarse en cuatro amigos y gobernar así la diócesis? ¿Plegarse a lo que le piden los curas firmantes, es decir no tocar para nada la línea eclesial y pastoral que en la diócesis se viene practicando desde hace años? Para ese viaje...

Y segundo, por la propia diócesis. En época de secularización y cuando lo que toca es unir fuerzas contra la indiferencia, gastarse en batallas internas sólo produce llanto, indignación, desconsuelo y ruptura de la comunión.

Está claro que, al promover su nombramiento, el cardenal Rouco se ha equivocado totalmente. Y el rechazo de su pupilo no es sólo, como él preveía, de un grupito de curas. Es del presbiterio casi en su totalidad. El cambio es tan brusco y la cuña es tan de la misma madera (y tan conocida entre sus antiguos compañeros)que parece imposible que pueda cuajar.

Por la paz eclesial, que Roma tome cartas en el asunto. De lo contrario, Munilla se convertirá (se ha convertido ya) en carne de titular y en carnaza mediática. Para sonrojo de los de dentro y hazmerreír de los de fuera. Porque Munilla tampoco es de los que se achanta o se calla. Lleva dentro la mística del mártir y, con ella a cuestas, va a pretender salirse con la suya. O eso es lo previsible.

Tamibén podría "convertirse" a la realidad de aquella diócesis y hacer lo que su maestro, el cardenal Rouco, hizo en Santiago, donde solía decir: "El obispo tiene que arar con los bueyes (curas) que tiene". Si Munilla se amolda, quizás haya paz en San Sebastán. De lo contrario, la guerra será permanente.

La situación no puede ser más complicada. Pero Rouco y Roma todavía están a tiempo de dar marcha atrás. Y hacerlo no sería signo de debilidad, sino amor a la comunión y al mayor bien de la institución.

José Manuel Vidal

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